Siguiendo a Ricardo Gullón, quien lo afirma en su Diccionario de literatura española e hispanoamericana, José María Merino se atreve a asegurar que en España no ha habido novelas de espías. Pero aquí está Andrés Pérez Dominguez para remediarlo. Lo hace con La clave Pinner, una novela ambientada en la España de la inmediata posguerra.
Pérez Domínguez, multipremiado en certámenes de cuentos de toda España, presentó su obra pensando ya en la siguiente quizá porque a él, a diferencia de lo que le ocurre creo recordar que es a Javier Marías, no le molesta que, en la puesta de largo de un libro trabajosamente parido, los periodistas le pregunten por el work in progress. Anda a vueltas con el borrador de una novela que quiere sea un homenaje a El libro de la selva, de Kipling, y en el que se habla y trata de un asunto espinoso: la suplantación de la personalidad. Todo ello sin olvidarse de los cuentos que le dieron galardones y le permitieron ejercitar la mano. "Los escritores nos quejamos de que al cuento se le presta poca atención —me dice—. Por eso quiero hacer cuento".
Pérez Domínguez, multipremiado en certámenes de cuentos de toda España, presentó su obra pensando ya en la siguiente quizá porque a él, a diferencia de lo que le ocurre creo recordar que es a Javier Marías, no le molesta que, en la puesta de largo de un libro trabajosamente parido, los periodistas le pregunten por el work in progress. Anda a vueltas con el borrador de una novela que quiere sea un homenaje a El libro de la selva, de Kipling, y en el que se habla y trata de un asunto espinoso: la suplantación de la personalidad. Todo ello sin olvidarse de los cuentos que le dieron galardones y le permitieron ejercitar la mano. "Los escritores nos quejamos de que al cuento se le presta poca atención —me dice—. Por eso quiero hacer cuento".