viernes, 17 de septiembre de 2004

El Correo de Andalucía

Espías entre el Canal de la Mancha y el Guadalquivir
Andrés Pérez Domínguez mete a España en la Segunda Guerra Mundial para contar una historia de agentes, de amor y de amistad
Inmaculada Rivera. Sevilla
A Andrés Pérez Domínguez puede que le hubiera gustado protagonizar una de esas historias de espías que tanto admira. Cuando lee, confiesa que le encanta sumergirse en ese mundo de intrigas y sospechas miles, donde una palabra, un gesto o un símbolo te arrastran a una trama, cuando menos inquietante.
A Andrés Pérez Domínguez (Sevilla, 1969) lo han conquistado autores como Le Carré o Follet con sus plumas privilegiadas y sus novelas repletas de recursos. Pero este sevillano ha echado siempre en falta el interés en España por las tramas de espías. "Tenemos muchos prejuicios", lamenta. Prejuicios que intenta erradicar con la que se ha convertido en su primera novela larga, La clave Pinner. Ganador de más de cincuenta premios por sus cuentos, en su estreno como literato de altos vuelos ha optado por hacer su particular homenaje a este género. "Me ha gustado siempre el estilo anglosajón de novelas de espías, pero estas obras no tienen la profundidad literarias que las escritas en español, explica". La clave Pinner es la consecuencia, pues, de su interés por aunar ambas características -"tomar lo mejor de lo anglosajón escrito como se escribe aquí"-, todo ello con un meticuloso estudio documentalista. "Mi idea era hacer algo bien escrito, que fuera digno. Es cierto que he buscado mucha información, pero sólo se ve la punta de iceberg, porque mi libro no es una novela histórica. No estoy de acuerdo con ahogar las historias con datos, sentencia. Aunque para el autor es imprescindible contar las cosas con credibilidad. "Los personajes históricos son intocables, aunque a la vez hay que distraer al lector y hacer que disfrute con lo que lee".
La novela arranca con un hecho verídico: la opercación Mincemeat, uno de los engaños más famosos de la Segunda Guerra Mundial. Un submarino arroja en la primavera de 1943 frente a las costas de Huelva el cadáver de un falso piloto de la RAF con una carta ficticia en la que se dan las señales de un inminente desembarco aliado en el Mediterráneo, al sur de Francia.
A partir de aquí comienza la ficción. Las sospechas recaen sobre un antiguo combatiente republicano en fuga, Miguel Carmona, tras el que va Gordon Pinner, un inglés con acento andaluz que recorre las calles de Sevilla en busca de Carmona, de sí mismo y del amor de una mujer.
Pérez Domínguez, que inmiscuye de esta forma a España en la gran guerra y que define su obra como una "historia de amor y de amistad", hace viajar al lector desde Huelva hasta Londres, y desde Gibraltar hasta una Sevilla de ideas encontradas, una Sevilla roja y católica revolucionaria y tradicionalista. "Es que Sevilla era y es así", afirma.
LOS PERSONAJES
Un homenaje a su abuelo
Hitler, Churchill o Franco dan verosimilitud a una trama que protagonizan personajes ficticios. Pero, de entre ellos, Pérez Domínguezha ha querido dar una personalidad específica a Carmona. "Es un homenaje a mi abuelo, que fue miliciano", comenta.
PRÓXIMO PROYECTO
Libro de Cuentos y nueva novela
Tras ser finalista de diversos premios con La clave Pinner, ya tiene el borrador de su nueva novela, -"que no tiene nada que ver con espías"- aunque, entre libro y libro, espera poder publicar un recopilatorio de sus cuentos.

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La clave Pinner (Roca)

Lo que pone la contraportada

Primavera de 1943. En vísperas del desembarco aliado en el Mediterráneo, el servicio secreto británico ha montado la operación Mincemeat, para engañar a los alemanes: abandonarán frente a la costa de Huelva el cadáver de un falso piloto de la RAF que porta documentos de los que puede deducirse que el desembarco va a producirse en el Mediterráneo Oriental o en el sur de Francia. Pocos días después, Gordon Pinner, ex agente del NKVD, es chantajeado en Londres por dos agentes del MI6 para que viaje a Sevilla y trate de localizar a Miguel Carmona, un viejo amigo a quien creía muerto y que podría tener en sus manos, tal vez sin saberlo, la clave para decidir el futuro de la Segunda Guerra Mundial. Aunque había jurado no volver a poner un pie en España mientras Franco se mantuviese en el poder, Pinner accede a viajar a Sevilla, pero por un motivo muy diferente a aquél por el que había sido reclutado. En la capital andaluza habrá de enfrentarse a los fantasmas de su pasado, al verdadero motivo por el que ha aceptado la misión.
Andrés Pérez Domínguez, mediante unos personajes trazados con una hondura poco común, nos lleva desde las vigiladas costas de Huelva hasta las noches de Londres, donde la población trata de sobrevivir a los continuos bombardeos; a la Praga de finales de los años treinta, punto de encuentro de los traficantes de armas durante la guerra civil española; a Gibraltar, último reducto de los aliados en la Europa Continental; y por último hasta Sevilla, donde, mientras la tensión va aumentando capítulo a capítulo, nos conduce con indudable maestría hacia un final inesperado